10 DATOS INQUIETANTES SOBRE LA MEDICINA MEDIEVAL

Hoy en día la mayoría preferimos acudir a un profesional de salud, que a un brujo curandero o cualquiera que nos ofrezca curas milagrosas o místicas. Sin embargo, en la Edad Media, de las tres opciones existentes en salud, la más arriesgada eran los médicos. Era preferible ser tratado por monjes, que te darían comida, abrigo y cuidados, que podían aliviarte un resfriado o gripe. O bien los herboristas, quienes tenían un amplio conocimiento de pociones, infusiones y remedios, con lo que podrías o no llegar a curarte. Por otro lado, los tratamientos médicos para curar enfermedades, se basaban en extracciones excesivas de sangre a través de cortes, para balancear los "humores" pues la enfermedad era causada por el exceso de algún humor, o incluso amputaciones, que podrían ocasionar una infección o hemorragias severas, llevando al paciente a la muerte.


1.   Si eras un médico en la edad medieval, debías ser todo un experto en la "Teoría de los Cuatro Humores". La cual era el fundamento de la medicina medieval. Que no era otra cosa que una teoría que se basaba en que el cuerpo humano se componía de 4 sustancias básicas, o "humores". Estos humores, eran básicamente excreciones del cuerpo, la bilis negra, bilis amarilla, flema y sangre. 


2.   ¿Sabías que el habitual tratamiento de extracciones de sangre o sangrados, eran realizadas generalmente por un barbero? Pues era él quien poseía los instrumentos afilados necesarios para realizar los cortes en el paciente. Y que a su vez también fungían como dentistas, pues eran quienes realizaban las extracciones dentales.


3.   Ya que no se consideraba socialmente aceptable que un médico auscultara a un paciente, y mucho menos que el paciente se desnudara para una revisión. El paciente llevaba consigo una muestra de su propia orina, para que el médico se diera a la ardua tarea de diagnosticar solo viendo la orina. Para ello usaba una especie de disco dividido en 20 secciones con colores distintos de orina, cada color significaba un padecimiento. Pero algunos médicos medievales además de observar también la olían y probaban, ya que su sabor y olor les ayudaban a determinar la enfermedad con mayor precisión, se decía que la orina de los diabéticos era particularmente dulce.


4.   En la Edad Media, las enfermedades eran considerados castigos de Dios. Así que si te enfermabas, de seguro te lo merecías por pecador. Pero en esa época la misericordia y caridad también eran muy importantes y aunque la enfermedad era un castigo de Dios, también ayudar al enfermo era un mandato divino y había que hacer todo lo posible por curar al enfermo. Ahora bien, si te curabas o no, igualmente era voluntad de Dios.


5.   En cierto punto de esta época, era ley que los médicos consultaran un calendario astral y tu horóscopo para poder diagnosticar tu enfermedad. Así como determinar cuál "humor" era el que causaba el desbalance y también considerar el tipo de pecado cometido. Claro, esto llevaba a diagnósticos completamente erróneos, y quizás el paciente entraba al consultorio solo resfriado, pero salía muerto por el tratamiento.


6.   Los enemas eran muy populares, de hecho éstos eran unos de los más practicados. A tal punto que el Rey de Francia Luis XIV llegó a realizarse más de 2000 enemas, todos documentados por sus escribas. 


La Extracción de la piedra de la locura (de El Bosco).

7.   ¿Padeces migraña? No se diga más, ve al médico y que te hagan una trepanación. La trepanación era también otro tratamiento popular de la Edad Media, que consistía en perforar el cráneo para liberar al demonio que torturaba al paciente. También era la cura para la demencia y otras dolencias mentales. Claro, el paciente generalmente moría en el proceso, pero lo hacía como un alma libre. En la actualidad aún es un procedimiento médico aceptable, claro las condiciones en las que se realizan ahora, son totalmente distintas a las de aquel entonces.


8.   ¿Y qué hay de la anestesia para los procedimientos quirúrgicos del medievo? Lo habitual era adormecer al paciente con una "esponja somnífera", compuesta de una mezcla de hierbas como la mandrágora, beleño, opio, hiedra, entre otras. Se secaba al sol, y se le empapaba con agua caliente al momento de necesitarla, colocándola sobre la nariz del paciente. Luego para despertarle, le hacían aspirar otra esponja empapada con apio, anís, comino y vino.


9.   La peste negra, fue una de las más grandes epidemias de la época. Y la Iglesia la catalogó como una manifestación de la ira de Dios, por los pecados del hombre. Su solución era una renovación moral en la sociedad. Lo que llevó a peregrinaciones de hombres con el torso descubierto y flagelándose la espalda públicamente con látigos, en señal de arrepentimiento.


Ciudadanos de Tournai, Bélgica cargando víctimas de la peste negra (por Pierart dou Tielt).

10.  La peste, realmente era causada por la inoculación de una bacteria transmitida por la picadura de una pulga transmisora, que causaba en el caso de la peste bubónica, una inflamación de las amígdalas, adenoides, bazo y timo. Y en el caso de la peste neumónica, era transmitida cuando una persona inhalaba la bacteria, al estar en contacto directo con un enfermo, produciendo una neumonía muy aguda, a la que se debe el color negro azulado de los pacientes. La tercera modalidad de la peste, y por mucho la más terrorífica es la peste septicémica, una complicación generalizada en todo el cuerpo, debido a la multiplicación de bacterias en la sangre, provocando fiebre, escalofríos, shock y hemorragias debajo de la piel o en otros órganos, que concluía con la muerte del paciente a los pocos días en medio de grandes delirios. Debido a estas múltiples hemorragias, la piel se cubría con grandes placas oscuras que popularizaron el nombre de "muerte negra" o "peste negra".

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